Para lograr que mi desafío se cumpla, tuve que planear muy bien que era específicamente lo que yo deseaba que mis alumnos iban a realizar, por lo que les comente que una manera divertida de hacerlo seria que utilizáramos disfraces y en base al disfraz de cada uno seria el papel que le tocaría interpretar, y así llevar a cabo charlas entre ellos mismos para que practicaran la pronunciación y fueran perdiendo el miedo a hablar ingles.